Si bien el contrato de arrendamiento se rige por la autonomía de las partes no es menos cierto que hay un buen número de artículos que regulan de manera imperativa el devenir del contrato.
Existen reglas que son obligatorias, otras que en el supuesto que no se plasmen en el contrato de alquiler no se podrán utilizar y otras que, pese a haber sido acordadas por las partes, se considerarán nulas y no puestas si perjudican al arrendatario.
Tras las últimas modificaciones surgidas en el ámbito de arrendamientos urbanos se hace casi obligatorio la necesidad de contar con un abogado especialista en contratos de alquiler que asesore e intente minimizar los riesgos de esta operación.
En relación a los propietarios extranjeros que deseen invertir en el mercado de alquiler, comentar que la regulación española protege enormemente a los inquilinos frente a los propietarios por lo que es fundamental contar con esa variable a la hora de la inversión.